7.1. Introducción
Cada vez más, la alta calidad de los archivos multimedia nos empuja a buscar alternativas a los canales habituales de transferencia.
En muchas ocasiones, los archivos que manejamos son considerados «datos pesados», cada vez más estos, sobre todo los audiovisuales, tienen una calidad mejor que repercute en el espacio que ocupa en nuestros discos de almacenaje.
Podemos considerar que un archivo es pesado cuando supera los 50 MB, porque ya no podremos enviarlo como un adjunto usando la mayoría de los proveedores de correo electrónico.
Los discos de almacenaje (disco duro, externo, lápiz de memoria, tarjetas de memoria) cada vez ofrecen más espacio a un menor coste, pero debido al gran volumen de archivos que manejamos siempre debemos tener presente qué espacio tenemos disponible.
El inconveniente más evidente ante archivos de gran volumen aparece en el momento que es necesario un envío a un destinatario vía online.
Los servicios de correo electrónico como Gmail, Outlook, Yahoo permiten en su gran mayoría adjuntos de hasta 25 MB; si usamos servicios de webmail se reduce a los 10 MB.
La opción de comprimir que ofrecen aplicaciones como WinRAR o WinZip reducen el peso de los archivos. Al comprimir, también es posible unificar varios archivos en uno solo y tratarlo como uno (más cómodo para adjuntar, descargar y trabajar). Estas aplicaciones permiten encriptar los archivos y añadir una contraseña, si se precisa de un nivel más de seguridad en el envío.
Pero el grado de reducción del tamaño del archivo dependerá de su contenido. Si se trata de un archivo simple de texto, puede reducir su tamaño significativamente, mientras que imágenes o archivos de texto con un formato más complejo apenas reducirán su peso al comprimirlos.
Servicio de intercambio de archivos en línea
Otras formas de compartir o enviar archivos pesados es usar la nube como punto intermedio de almacenaje: se guarda el archivo en un espacio en Internet, de forma temporal o permanente, y el destinatario mediante un enlace puede descargarlo a su disco local. Según la conexión de Internet de la que dispongamos, la velocidad de subida y bajada puede variar.